domingo, 16 de agosto de 2009

Las líneas de Chávez
Fidel... ¡Viva Fidel!

Después de la última reunión de Unasur, el panorama en el continente se esclarece. Pero para comprender este esclarecimiento, debemos unir ciertos cabos. El presidente Uribe, con su anunciada ausencia y su tour explicativo de forma selectiva, renunció de manera descarada a la ocasión de vernos todos a los rostros y de hablarnos suramericanamente, como se debe hacer entre quienes compartimos una suerte y un destino común. Prefirió lo que él ha dado en llamar diplomacia muda, esto es, sin voz propia.
Todo indica que quieren llevar a nuestros pueblos a un callejón sin salida. Ya en Trinidad y Tobago el presidente Obama asomó una idea: olvidar el pasado e interesarse exclusivamente en el futuro­; nada original por cierto aquella proclama obamista: es el canto sublime del capitalismo, el propio canto del cisne: la modernidad. En la reunión del pasado lunes diez en Quito, la representante colombiana nos recomendó la parte que faltaba de la receta: desideologizar el diálogo. Vaya qué propuestas: quedarnos sin historia que contarnos y sin ideas para orientarnos.
Mucho ha sido el tiempo transcurrido desde que la plaga del coloniaje se nos vino encima, para que ahora vengan a vendernos nuevos espejitos o a tratar de confundirnos en brumosos espejismos. Larga ha sido nuestra travesía, para que nos quieran hacer creer ahora que detrás de las bases militares yanquis en Colombia, no están agazapadas la guerra y la desolación como amenazas terribles para la paz, la unidad y el futuro de los pueblos suramericanos y caribeños.
Dice el pensador argentino Atilio Borón: ¿Qué pretende Uribe con su frenética gira por América suramericana? Nada menos que vender una iniciativa tóxica, para utilizar el lenguaje impuesto por la crisis capitalista: justificar la escalada de la ofensiva militar del imperio con el propósito de revertir los cambios que en los últimos años alteraron la fisonomía sociopolítica de la región.
Tenía toda la razón el presidente Rafael Correa, al denunciar la doble moral internacional, en la Reunión de Unasur del pasado lunes. Voy a glosar su argumentación: las bases militares gringas, según la visión del imperio, son un problema de soberanía de un país, en este caso, de Colombia. Pero el desarrollo de un programa nuclear por parte de un país que Washington considere del eje del mal, ya no es un problema de soberanía, sino una amenaza planetaria. En síntesis: a los gobiernos insumisos hay que acusarlos de todo y a los gobiernos sumisos hay que apoyarlos en todo. ¡Qué descaro!
Es, en verdad, la doble moral imperial.
Pero, a despecho de las fuerzas imperiales, ya nuestros pueblos despertaron y andan con la conciencia alerta. De esa conciencia ha surgido la propuesta de las “bases de paz”, con el fin de neutralizar el belicismo de esa réplica del Estado de Israel en que quieren convertir al Estado colombiano en el presente.
Pero que nadie se equivoque: si Venezuela es agredida, se defenderá con todos los medios a su alcance. Para ello estamos fortaleciendo nuestra capacidad de defensa y nuestro poderío militar.
Como lo expresábamos en la Cumbre de Unasur en Quito, el imperio yanqui quiere ponerle la mano a la primera reserva petrolera del mundo: la Faja del Orinoco.
Tengamos presente, sin embargo, que el cerco militar sobre la América del Sur comienza ahora a apretarse, no sólo por nuestra riqueza energética: la codicia del imperio tiene en la mira, desde hace ya tiempo, otros dos objetivos de gran importancia estratégica: la Amazonía, con su corazón en Brasil, y el gigantesco acuífero del Cono Sur, allá en Argentina, Uruguay y Paraguay.
II
¡Cómo no recordar aquel funesto 14 de agosto de 2002! Se cumplieron siete años exactamente, en esta semana, de aquella infame sentencia del Tribunal Supremo de Justicia, que establecía que el 11 de abril de 2002 no se produjo un golpe de Estado, sino un vacío de poder. Y, para más infamia, los imputados, esto es, los golpistas, actuaron preñados de buenas intenciones.
Aquel día, lo he repetido muchas veces, tuve que tragar arena.
Aquella sentencia era una real y verdadera consagración de la impunidad. Y era fiel reflejo de una institucionalidad que, en buena medida, estaba de espaldas al sentir popular. Era el Estado burgués apuñalando a la Revolución.
Siete años después, ciertamente, el entramado institucional del Estado está mucho más fortalecido. La sentencia que, en esta semana, condenó a tres de los principales responsables de la masacre de Puente Llaguno, así lo demuestra.
Pero la batalla contra la impunidad continúa. Queda aún mucha justicia por hacer. Recordemos siempre a Bolívar: La impunidad de los delitos hace que éstos se cometan con más frecuencia: al fin llega el caso en que el castigo no basta para reprimirlos. ¡¡Necesario es que continuemos instituyendo el nuevo Estado Social de Derecho y de Justicia!!
III
Parece que el 15 de agosto, como fecha, está reservado para grandes acontecimientos . El 15 de agosto de 1805, con el Juramento del Monte Sacro, nació el Libertador de un mundo. El 15 de agosto de 1819, vió la luz la segunda Constitución de la Venezuela Republicana. El 15 de agosto de 2004, el pueblo bolivariano ganó una batalla política decisiva en el referendo presidencial. Nadie nunca podrá olvidar aquella jornada y su canto general, Florentino y el Diablo: “El catire Florentino por el ancho terraplén…”
Y ayer, 15 de agosto de 2009, fue promulgada la Ley Orgánica de Educación. La promulgación de esta Ley liberadora, demuestra que el proceso constituyente continúa. La nueva legalidad revolucionaria se va abriendo paso.
¿Qué es lo que ha pretendido la contrarrevolución con su guarimba mediática? ¿Se pretende que el Estado docente no ejerza en tanto que tal? Con la promulgación de la LOE, el Estado docente no sólo queda definitivamente consagrado, sino que se fortalece para ejercer a plenitud su rol. El Estado docente es garantía de la educación pública, gratuita y de calidad, para todas y todos.
Ese conjunto de banalidades y falacias que la contra ha puesto a rodar, como esa de la eliminación de la patria potestad, no es más que eso: banalidades y falacias. Carecen de argumentos. Le tienen grima a todo lo que sea discusión pública y consulta popular. Piensan en la educación como negocio redondo y como práctica para formar súbditos del imperio. La educación para formar ciudadanos y ciudadanas, para aprender a vivir en República, no les cabe en la cabeza.
Decía nuestro Robinson en su Tratado sobre las Luces y sobre las Virtudes Sociales: “Hacer negocio con la educación es… diga cada lector todo lo malo que pueda: todavía le quedará mucho que decir”. Con la LOE, el tiempo de la educación como negocio ha quedado definitivamente atrás. Comienza el tiempo de la educación como bien eminentemente social, eminentemente colectivo.
IV
Con sus 83 años recién cumplidos, el pasado jueves 13 de agosto, Fidel sigue en la primera línea de batalla : nunca se ha ido ni se irá de ella. Desde la trinchera de las ideas, nos sigue orientando este gran padre de los revolucionarios y revolucionarias de Nuestra América. Su palabra es, más que nunca, necesaria e iluminadora, ahora cuando el imperio contraataca.
Allá estuvimos con él, en familia, en amena charla de siete horas, analizando, leyendo, recordando, visualizando el horizonte y sus peligros, reavivando la llama que nos alienta en esta dura lucha por la liberación de la patria.
Nos contó de su infancia, de cuando expulsaron del colegio a los tres (Ramón, Raúl y Fidel) y el Director dijo a su padre que “eran los tres más grandes bandidos que por ese colegio habían pasado”.
Recordó a Caracas, a los Llanos de Venezuela, al pueblo bolivariano. Está más informado de lo que aquí acontece que cualquiera de nosotros.
Ya entraba la tarde, cuando nos despedimos, junto a Raúl, ese gran compañero y eficiente líder revolucionario.
Allá quedó Fidel, de pie, inmenso, con el puño en alto y 83 años al hombro.
Recordé al poeta: “Abre tus portones, historia. Que vamos entrando con Fidel. Con el caballo”.
Y desde lejos gritamos como siempre:
¡¡Patria, socialismo o muerte!!
¡Venceremos!

domingo, 9 de agosto de 2009

Las Líneas de Chávez
¡Colombia, Colombia!

Hugo Chávez Frías
09/08/09


Este jueves 6 de agosto -día en que recordábamos la entrada triunfal a Caracas de nuestro Libertador, para sellar con broche de oro su prodigiosa Campaña Admirable de 1813; día en que conmemorábamos la gesta heroica de Junín en 1824, última batalla comandada por Bolívar; y día en que celebrábamos el nacimiento de Bolivia como nación independiente en 1825-- no pudo ser más propicio para dar nacimiento a la Escuela de Cuadros Políticos del PSUV, en la Ciudad Vacacional de Los Caracas, estado Vargas. Quiero reiterarlo: si internalizamos las tres preguntas de la jornada, no podemos menos que reconocer que el papel histórico, que hoy entre todos protagonizamos, es el mismo, sin duda alguna y quiero enfatizarlo, que jugó Bolívar y todos aquellos pueblos hechos ejércitos, como aquel que el 7 de agosto de 1819, tal día como hoy, diera la batalla decisiva para garantizar el éxito de la Campaña Libertadora de la Nueva Granada en el campo de Boyacá. Es nuestra herencia y debemos responder a nuestro rol de hoy: sumémonos en cuerpo y alma, como individuos y como colectivo, a la jornada por la nueva independencia de Venezuela y de toda nuestra América. No habría Revolución posible entonces si nosotros no nos formamos; no sólo los cuadros, sino el partido, el pueblo como un todo: el partido de masas que hoy constituimos debe ir más allá, porque no es suficiente. Debe ser un partido de masas que genere sus propios cuadros, de forma que el PSUV sea generador de cuadros, de líderes, de activadores, de formadores socialistas. Recordemos la premisa fundamental de Gramsci, punto de partida, jamás de llegada, de nuestra organización política: un partido de masas que cree, genere, produzca cuadros. De ahí entonces la necesidad de que el PSUV --no perdiendo nunca el objetivo de ser la fiel expresión de esa acumulación de crítica y fuerzas, que lo es el Poder Popular-- se contraponga a la obscenidad del poder en sí mismo, como ejercicio del control y dominación política. Y de allí también la necesidad de que se constituya en un espacio donde las relaciones sociales sean sometidas al control colectivo, el único válido. Valga lo mismo para la formación política, sin la cual lo anterior será imposible: requerimos de una formación de cuadros que haga imposible los carcomidos paradigmas de la educación burguesa, la reproducción de la dominación. Recordemos la experiencia a la luz del modelo robinsoniano y de Freire. Y de este último, de Freire, traigamos a la memoria aquellas palabras suyas que encabezan su Pedagogía del Oprimido (1969): "La sectarización es siempre castradora por el fanatismo que la nutre. La radicalización, por el contrario, es siempre creadora, dada la criticidad que la alimenta. En tanto la sectarización es mítica y, por ende, alienante, la radicalización es crítica y, por ende, liberadora. Liberadora ya que, al implicar el enraizamiento de los hombres en la opción realizada, los compromete cada vez en el esfuerzo de transformación de la realidad concreta, objetiva." De eso se trata, en síntesis, formar desde las raíces --"A la raíz va el hombre verdadero. Radical no es más que eso: el que va a las raíces", decía Martí--, dentro de un ámbito abierto siempre a la crítica desde cada quien. Estamos, pues, a la puerta de un socialismo radicalmente por reinventar, que es, valga la reiteración, radicalmente democrático. Malambo, Palanquero, Apiay, Tumaco, Bahía Málaga, Tolemaida y Fuerte Larandia, siete nombres que podrían pasar perfectamente por localidades de nuestra geografía venezolana, nombres que podrían identificar con mayor ahínco los lazos históricos de nuestra región (porque no dejan de ser parte de nuestra geografía espiritual), ahora pasan a ser nombres planificados para la entrega del territorio, la soberanía y la dignidad. Y no solo es atentar contra la dignidad del hermano pueblo colombiano, sino de Nuestra América toda. ¿Tiene justificación alguna de cara al concierto de naciones latinoamericanas? ¿Existen posibilidades de hacer creíble tal usurpación territorial para la "lucha contra el narcotráfico"? ¿No es acaso la renovación de la misma presunta doctrina, hija de la Internacional de las Espadas, de la Seguridad Nacional, llámese ahora como se llame? Primero fue contra el comunismo, ahora se trocan en el terrorismo y el narcotráfico que el mismo imperio fomenta, ¿o no es acaso el principal consumidor? Que no le quepa ninguna duda a todos los pueblos hermanos que la geoestrategia yanqui sigue en pie, incentivando, además, el reacomodo de las oligarquías locales, o mejor dicho, burguesías consulares como planteaba el sociólogo brasileño Helio Jaguaribe. A la luz de estos acontecimientos, cobra una nueva lectura lo que ocurre en la hermana Honduras. No podemos darnos el lujo de aislar una acción de otra, que más aparentan un escalonamiento estratégico que a un juego coyuntural. La instalación de las siete bases de la infamia en suelo hermano tiene el mismo propósito que la base aérea de Soto Cano en Palmerola, Honduras. Lo mismo que la base de Mariscal Estigarribia en Paraguay: una triangulación militar dispuesta a fracturar el proceso de unión latinoamericana, fractura que bajo la óptica del Tío Sam le permitiría recuperar su influencia y el control sobre la energía y la materia prima: reconstruir el corredor que alimentará el monstruoso aparato de consumo del complejo-militar industrial y el control sobre una sociedad narcotizada. Bien podemos citarle las palabras que nuestro Padre Bolívar le envió al agente norteamericano, Juan Bautista Irvine, por allá por 1819 apenas consolidándose el suelo patrio, cuando pretendían enviar dos buques, el Tigre y el Libertad, para dotar de pertrechos a las huestes españolas: "El valor y la habilidad, señor Agente, suplen con ventaja al número. ¡Infelices los hombres si estas virtudes morales no equilibrasen y aun superasen las físicas! El amo del reino más poblado sería bien pronto señor de toda la Tierra. Por fortuna se ha visto con frecuencia un puñado de hombres libres vencer a imperios poderosos." La trama diplomática desplegada en Honduras nos da, también, noticia de cómo pueden comportarse los gobiernos tibios y cipayos del continente; este podría ser uno de los indicadores que dio pie a la imposición de las bases norteamericanas. Pretendió el imperio reeditar su sistema interamericano monroista, por encima de las instancias nacientes y alternativas como el ALBA y Unasur. La respuesta debe ser de todos porque a todos nos corresponde, la amenaza es contra todos nosotros los pueblos de Nuestra América: ha llegado la prueba de fuego de Unasur, y podemos medir su temperatura con la esquiva movida diplomática del presidente Uribe, incapaz de hacerle frente, como Santander en su momento --quien entregó el Congreso Anfictiónico a los Estados Unidos-- al rostro colectivo de Unasur. Exijamos todos la justificación de Uribe de cara al concierto de las naciones. Y recordemos otro pasaje que nuestro padre Libertador plasmó contra el infame agente Irvine, un pasaje contra la ofensa a nuestra patria: "Parece que el intento de V.S. es forzarme a que reciproque los insultos: no lo haré, pero sí protesto a V.S. que no permitiré que se ultraje ni desprecie el Gobierno y los derechos de Venezuela. Defendiéndola contra la España ha desaparecido una gran parte de nuestra populación y el resto que queda ansía por merecer igual suerte. Lo mismo es para Venezuela combatir contra España, que contra el mundo entero, si todo el mundo la ofende..."
¡¡Patria, Socialismo o Muerte!!
¡Venceremos!

lunes, 3 de agosto de 2009

Las lineas de Chávez
¡¡ Ideas y milicias: Qué creación !!
Dom 02/08/2009

Son demasiados acontecimientos cruciales los que se han venido acumulando en estos últimos meses. En ellos se juega el destino de los pueblos de este continente.
No tienen nada de casuales: se han venido fraguando desde mucho antes y desde muy lejos.
Es la misma contienda de hace doscientos años: de este lado, la libertad, la paz, la soberanía y la dignidad para forjar nuestros destinos; del otro, la dependencia, la guerra, la esclavitud, el oscuro camino del coloniaje.
Cuando estas dos opciones se evidencian descarnadamente, como está sucediendo, sería una irresponsabilidad vergonzosa si dejáramos hacer, dejáramos pasar, si guardáramos silencio sumiso. Justo es levantar la voz y ser fieles con el compromiso del cambio de época que palpita en la profundidad de los pueblos de Nuestra América y el Caribe.
Parafraseando a nuestro Libertador: no estamos dispuestos a legarle un nuevo coloniaje a la posteridad. Y la posteridad no es otra cosa que las generaciones de hijos e hijas, nuestros y nuestras, que ya comenzaron a levantarse por millones a todo lo largo y ancho de esta tierra.
Necesario es hacer un recuento para aclararnos el acontecer nuestroamericano más reciente y ubicarlo en sus contextos, de tal forma que nos permita descubrir la trama oculta que lo sostiene.
El 3 de junio, después de 47 años, se conquista en San Pedro Sula, después de un intenso forcejeo diplomático, la eliminación de aquella insólita resolución que condenó a Cuba desde una OEA arrodillada al mandato imperial yanqui. Allí, justo es decirlo, los países del ALBA fueron determinantes.
Veintiún días después, en Maracay, el ALBA, haciendo justicia a su propósito, cambia de nombre, y se fortalece con la incorporación de Ecuador, San Vicente y Las Granadinas y Antigua y Barbuda. Ahora somos nueve pueblos hermanados en un empeño de solidaridad libertaria con presencia y voz propia en el concierto continental.
Se convierte a partir de Maracay, en la Alianza Bolivariana.
Aunque ya había sido anunciado por el presidente Rafael Correa, el viernes 17 de julio, luego de diez años de funcionamiento, finalizaron las operaciones estadounidenses en la Base de Manta.
Esta decisión soberana del Ecuador, despertó alarma en el Pentágono, que no descansaría hasta reubicar esa base en un nuevo espacio estratégico, de acuerdo a sus intereses de dominación continental.
28 de junio: golpe de Estado en Honduras. Un ignominioso zarpazo contra la voluntad popular, condenado internacionalmente de forma unánime. Al día de hoy, el bravo pueblo hondureño se mantiene en las calles y en los campos, reclamando sus derechos y exigiendo el retorno de Manuel Zelaya a la Presidencia.
Mientras tanto, los gorilas intentan estirar los días de su usurpación, de espaldas al mundo. En este contexto, es claro que la supuesta intermediación del presidente Arias, responde sólo a la preservación de los intereses de Estados Unidos: el plan que formuló –y que no estaba entre sus atribuciones– consiste en la vuelta de Zelaya a la Presidencia, pero atado de pies y manos.
Y ahora el Plan Colombia entra en una nueva fase: los Estados Unidos disponen de cinco nuevas bases militares en territorio colombiano. ¿A quién pretende hacerle creer el presidente Uribe y la oligarquía colombiana, que el incremento de la presencia militar yanqui, a través de estas nuevas bases, no significa una amenaza directa contra Venezuela? La obsesión de Uribe con la firma de un Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos, lo hace capaz de todo.
Colombia es, lamentablemente, la cabecera de playa de la estrategia de contención yanqui en la América del Sur y, por supuesto, su base de operaciones. De hecho, estas nuevas bases militares constituyen un peligro real y concreto contra la soberanía y la estabilidad de la región suramericana. Son puntas de lanza del nuevo coloniaje.
El Plan Colombia, no lo olvidemos, fue concebido en función de la estrategia de dominación bélica del que ha sido y es, como dice Darcy Ribeiro, el Estado militarista por excelencia.
La intervención de Estados Unidos –a la que hay que agregarle la presencia de ese Estado no menos militarista que es Israel– en la guerra interna colombiana, hace sencillamente imposible que sus alcances se limiten al territorio de esta Patria hermana y sufrida.
Es la expansión hacia toda la región lo que se busca y, primero que nada, hacia Venezuela. Entonces, el Plan Colombia no es un asunto exclusivamente colombiano: nos afecta y nos amenaza a todos.
En este sentido, esta semana he conversado con varios Jefes de Estado de nuestro continente, con el fin de alertarles acerca del peligro que representan las nuevas bases militares gringas para Venezuela.
Es evidente que este será un tema central en la próxima reunión de la UNASUR el venidero 10 de agosto en Quito, en ocasión de la toma de posesión del compañero Rafael Correa para un nuevo período presidencial, en el marco del proceso constituyente de la Revolución Ciudadana, Bolivariana y Alfarista que avanza trepidante en la Patria de mi generala Manuela Saenz, la Libertadora.
En nombre del vínculo histórico y fraterno con el pueblo colombiano, bien paciente ha sido el Gobierno Bolivariano con el Gobierno de Uribe Vélez; pero todo tiene un límite: frente a un Gobierno que no respeta nada y que sirve a los intereses del imperio, hay que actuar como lo hemos hecho.
Nos hemos visto obligados, por razones de dignidad, a retirar a nuestro embajador en Colombia y a congelar relaciones. Estamos respondiendo a una sostenida línea de agresión contra Venezuela.
Una línea de agresión que reproducen, desde aquí, los medios privados. Sin la menor vergüenza patria, no sólo justifican las nuevas bases militares gringas en territorio colombiano, sino que tienen la desvergüenza de atacar al Gobierno Bolivariano por asumir plenamente su posición en defensa de nuestra soberanía.
Por cierto, hoy domingo estará recibiendo en Caracas el prestigioso Premio de Novela Rómulo Gallegos, el escritor colombiano William Ospina, por su novela El país de la canela.
Ospina es una gran conciencia colombiana y nuestroamericana, una de las voces mayores de la otra Colombia, esto es, la verdadera, la digna, la mayoritaria, la hermana. Queremos recordar un conmovedor poema suyo titulado 9 de noviembre de 1948 –forma parte de su libro ¿Con quién habla Virginia caminando hacia el agua? (1995)–, que constituye el mejor de los homenajes a Gaitán.
Y lo hacemos como una declaración de amor fraterno al pueblo colombiano y como una reafirmación de nuestra solidaridad con la causa de la paz: Para entender esa pasión inmensa que iba de pecho en pecho, de grito en grito, debes saber de siglos de vergüenza, de indios educados por los blancos, de llagados esclavos que vivieron a solas sus meses de agonía, debes saber de dioses vivos que caían, de dioses muertos que triunfaban, del cansancio infinito de vivir en el mundo sin amor por el mundo, de la torpeza de unas castas tristes que intrigan, hieren y ebriamente humillan, mas no saben ser dignos de su suelo y su cielo.
Venezuela no es una amenaza para nadie, ni pretende agredir a nadie, pero tiene todo el derecho a defenderse, incrementado su capacidad defensiva y su poderío militar.
Ello explica que dentro de la vasta plataforma de cooperación entre Rusia y Venezuela, la cooperación técnico-militar se incremente. En esta semana, la visita del viceprimer ministro ruso Igor Sechin, ha servido para reafirmar y expandir nuestras relaciones militares.
Ante un horizonte plagado de amenazas externas para nuestra Revolución Bolivariana, es absolutamente decisivo nuestro fortalecimiento interno.
Comenzando por nuestro fortalecimiento político. Es por eso que la fase de reorganización de la militancia del PSUV, iniciada en el día de ayer, tiene la mayor importancia: la conformación de las patrullas socialistas va a permitirnos dinamizar la presencia del partido por todas partes.
En especial, va a permitirnos posicionar el mensaje socialista de una forma mucho más efectiva. Vaya mi palabra de aliento y estímulo a los patrulleros y a las patrulleras de nuestro Partido Socialista Unido de Venezuela, para Venezuela, por Venezuela.
El PSUV, las milicias, la clase obrera, las juventudes bolivarianas, la Fuerza Armada Bolivariana, la clase campesina, los frentes estudiantiles… ¡¡Todo debe ser fortalecido al máximo!! Y la ideología Patria, Bolivariana, Socialista, que sea el combustible que nos encienda, el cemento que nos cohesione, la poesía que nos enamore.
Lo voy a decir con Simón Rodríguez, forjador de libertadores: “Ideas y milicias: ¡Qué creación!”
Las Líneas de Chávez
¡Leyes inexorables… leyes revolucionarias!
Dom, 26/07/2009

La ley de todas las leyes es la igualdad, sigue diciendo BolívarBolívar, Bolívar, Bolívar…, todo nos recuerda y remite a nuestro Comandante Infinito: Padre nuestro que estás en la tierra, en el agua, en el aire / de toda nuestra extensa latitud silenciosa, / todo lleva tu nombre, padre, en nuestra morada (…) tu herencia es el pan nuestro de cada día; para decirlo con Neruda. Y aún más, su inconmensurable figura en nosotros, porque cuando recién comienzo la escritura de estas líneas, celebramos el cumpleaños del Bolívar que eres tú, que es ella, que somos nosotros: un nosotros colectivo -una unidad civicomilitar- librando una nueva gesta emancipadora: no otra cosa es la Revolución Bolivariana.
Nos hemos trasladado a Cumaná, para celebrar el 186 Aniversario de la Batalla Naval del Lago de Maracaibo y día de nuestra Armada Bolivariana. Allí presenciamos la exhibición conjunta de nuestra Fuerza Armada Bolivariana, la cual ha demostrado el gran sentimiento patrio que cada día cobra más y más cuerpo en todos nuestros soldados. Como consecuencia de ello hemos presenciado una demostración que ha hecho gala de los grandes avances técnicos y profesionales que hoy, como nunca, definen a nuestras instituciones armadas. El espíritu de los almirantes Miranda, Brión y José Prudencio Padilla, el mismo espíritu patriota y revolucionario que decidiera a favor nuestro la heroica gesta del 24 de julio de 1823, sigue moviendo las velas de nuestra Armada Bolivariana e insuflando los pechos de cada uno de sus hombres y mujeres que defienden la Patria Azul.
Y hoy, 26 de julio, no podemos olvidar el Asalto al Cuartel Moncada, en 1953, esa otra gesta heroica nuestramericana, cuyo autor intelectual fuera José Martí, como sabiamente lo expresara Fidel para la Historia. Y decir Martí es decir Bolívar, Padre de las ideas Madres de América, como escribiera El Apóstol de la Libertad. El gran trovador cubano Noel Nicola, al cantarle al vivo y trascendente significado del 26 de julio de 1953, dijo: Hay un almanaque lleno de días 26. Desde hace 57 años es así.
Estamos celebrando la semana de Caracas, que ya nuestro Pueblo identifica con el natalicio de su más grande hijo, un 24 de julio de 1783, y no con su supuesta fundación por parte de la corona española, un 25 de julio de 1567: Mi corazón se hallará siempre en Caracas: allí recibí la vida; allí debo rendirla; y mis caraqueños serán siempre mis primeros compatriotas, dirá el primogénito de la señora del Guaraira Repano.
El 25 de julio de 1999, el pueblo venezolano al elegir a los miembros de la Asamblea Nacional Constituyente, comenzó a hacer realidad aquellas palabras de nuestro maestro Simón Rodríguez, en 1840: Hacer leyes para los pueblos no es tan difícil como se cree. Hacer un pueblo legislador es obra muy laboriosa y ésta es la que ha emprendido la América española.
Pero lo laborioso no tanto está en hacer a un Pueblo legislador y, por tanto, republicano; esto es consustancial a su propia naturaleza, sino en los miles de obstáculos que colocan en su camino aquellos a quienes no les interesa que el Pueblo se dé sus propias leyes: quienes creen que nunca estará preparado para ello, condenándolo para siempre a la minoridad. Simón Bolívar dirá en carta dirigida a Santander, el 14 de octubre de 1826: En una palabra, mi querido general, yo no conozco más partido de salud, que el de devolver al pueblo su soberanía primitiva para que rehaga su pacto social. Vd. dirá que esto no es legítimo: y yo, a la verdad, no entiendo qué delito se comete en ocurrir a la fuente de las leyes para que remedie un mal que es del pueblo y que sólo el pueblo conoce. Digo francamente que si esto no es legítimo, será necesario a lo menos, y, por lo mismo, superior a toda ley: pero más que todo es eminentemente popular, y, por lo mismo, muy propio de una república eminentemente democrática.
Nosotros en 1999 comenzamos la construcción de esa república eminentemente democrática, y en esa labor no pararemos porque es y será un hacer de todos los días mientras tengamos Patria.
Fue el abate francés Emmanuel Joseph Sieyés en plena Revolución Francesa, el primero en plantear el concepto de Poder Constituyente Originario: se trata del derecho y el deber de constituir el Estado y el gobierno que lo caracterice, reflejado en un texto constitucional como cartilla de navegación de un país. El Pueblo construye y caracteriza al Estado que le corresponde, de acuerdo a su modo de vivir y de ser en sociedad, y es, también, el que erige las instituciones que sostienen al poder constituido: el que define al Estado. Conceptualmente, el valor de estas ideas reflejadas en su obra, ¿Qué es el tercer Estado?, son, a su vez, los pilares fundamentales de la democracia liberal y burguesa, representativa.
Ahí tenemos las raíces de la democracia representativa en su nacimiento, cuando -como nos dice Marx- la burguesía se constituía como una fuerza revolucionaria frente a las monarquías. Pero las ideas circulan junto con la historia, y las exigencias de los pueblos avanzan. Si bien tenemos un asidero reflexivo, una referencia común, ha llegado la hora de dar un salto más allá de lo establecido, y ejercer la palabra constituyente, como dijera el filósofo francés Maurice Merleau-Ponty. Y en ese espacio reflexivo, la voz de nuestro gran pensador revolucionario Kléber Ramírez nos da la impronta en ese libro gigante y polifónico Historia Documental del 4 de Febrero: llegó la hora para que las comunidades asuman poderes de Estado, lo que conllevará administrativamente la transformación global del Estado venezolano y socialmente el ejercicio real de la soberanía por parte de la sociedad a través de los poderes comunales.
Tomando la palabra de Kléber, nos encontramos en un momento de grandes definiciones, en lo que él mismo llamaba la ampliación de la democracia. Alguna vez escuché que la política es la ciencia de los pueblos, y de ser esto cierto, ha llegado la hora de comprobarlo, valga la redundancia, científicamente.
En esa dirección fue orientado el salto que dimos con la refundación de la Patria, invocando al Poder Constituyente Originario, que se plasmó en nuestra Constitución hace diez años, en 1999. El mismo salto cualitativo y ascendente que permitió que Bolivia y Ecuador cruzaran la misma senda. Y ello explica, también, el golpe de Estado en Honduras, puesto que la oligarquía cipaya teme, justamente, la necesaria refundación de la patria, pero esta vez con la participación de todas y de todos.
El curso de la lucha de clases es indetenible, y si en Francia, en el año 1789, le correspondió a la burguesía comercial, ahora le toca al pueblo descalzo de Nuestra América marcar la pauta. En esta nuestra lucha, me veo obligado a cederle la palabra al gran poeta revolucionario, mártir salvadoreño, Roque Dalton, en su poema titulado, Las leyes, del que tanto gusta, por cierto, el presidente Zelaya. ¿No es acaso la tarea de los poetas facilitarnos el camino? Dice Roque:
Las leyes son para que las cumplan los pobres.
Las leyes son hechas por los ricos para poner un poco de orden a la explotación.
Los pobres son los únicos cumplidores de leyes de la historia.
Cuando los pobres hagan las leyes ya no habrá ricos.
¡Leyes inexorables!, grita Bolívar.La ley de todas las leyes es la igualdad, sigue diciendo Bolívar.¡¡Leyes revolucionarias, leyes socialistas, decimos hoy!!
¡Venceremos!
Hugo Chávez