domingo, 19 de julio de 2009

Las líneas de Chávez:
Niños y niñas Venceremos!
Dom, 19/07/2009

Coincide esta nueva entrega de Las Líneas de Chávez con el treinta aniversario de una gran victoria popular: el 19 de julio de 1979, los y las combatientes del Frente Sandinista para la Liberación Nacional entraban triunfantes a Managua. Concluía la batalla final contra la dictadura de Somoza -luego de una gesta popular marcada por el heroísmo y el sacrificio- y comenzaba una nueva historia para Nicaragua. Es por eso, que en este gran día estaremos en Managua, acompañando al pueblo sandinista y a su Gobierno, para celebrar este treinta aniversario rojinegro con las grandes mayorías de nuevo en el poder: con Sandino comandando, otra vez, la nueva batalla por la dignidad que comenzó en enero de 2007.
Se cuenta que aquel 19 de julio de hace ya treinta años, en las paredes de Managua aparecía escrita por todas partes la frase: Bienaventurado el vientre que parió a un combatiente sandinista. Día de júbilo popular, día de consumación revolucionaria que saldaba la deuda con la memoria; día en que la insurrección popular se hizo fiesta al derrocar a una de las dinastías más oprobiosas y sangrientas del continente: una dinastía -necesario es recordarlo- que siempre contó con la bendición y el aval del imperio yanqui. Largas fueron las jornadas que precedieron ese día, en las que los herederos y las herederas de Augusto César Sandino lucharon por liberar a su Patria de aquel yugo, de aquel destino colonial.
Indispensable es recordar, en este domingo, los caminos que condujeron a la victoria.
En ese afán, recurro a la palabra viva de Eduardo Galeano: En toda Nicaragua que nadie quede solo, que nadie se pierda, que se armó la runga, reventó la mierda, el gran corre-corre, el pueblo arrecho peleando a puro pecho contra tanques y tanquetas, camiones y avionetas, rifles y metralletas, todo el mundo a la bulla, que aquí nadie se raja, sagrada guerra mía y tuya y no guerrita de rifa y rafa, pueblo fiero, arsenal casero, a verga limpia peleando, si no te morís matando vas a morirte muriendo, que codo a codo es el modo, todos con todo, pueblo siendo. Hasta los pequeños nicas -hoy, que es Día del Niño- tuvieron que empuñar las armas contra aquella tiranía que no respetaba a nadie.
Y es que cuando los pueblos se empeñan en conquistar la libertad, no hay quien los detenga. Esfuerzo noble y aguerrido el de los nicaragüenses que la historia recompensó.
En los asaltos de la memoria resuenan: León, Carlos Fonseca Amador, Masaya, Santos López, Jinotega, Tomás Borge, Chinandega, Gloria Campos, Estelí, Doris Tijerino, Granada, Julia Buitrago, Daniel Ortega, Jinotepe, Pedro, María, Juan ySandino... ¡siempre Sandino!, son nombres que se agolpan, como vienen, en recuerdo ferviente de aquella gesta libertaria y que hoy vuelve a cobrar cuerpo vivo en una Nicaragua dispuesta, como siempre, a ser libre y soberana.
Aquel día que hoy celebramos en perpetuo presente, reinó en toda Nicaragua el espíritu que atraviesa aquella contestación que el 12 de julio de 1927, el gran Sandino, desde el campamento de El Chipote, le hiciera al capitán norteamericano Hatfield, quien le había dado un ultimátum: No me rendiré y aquí los espero. Yo quiero Patria libre o morir. No les tengo miedo; cuento con el ardor del patriotismo de los que me acompañan. (Justamente hoy -quiero recordarlo- es el natalicio de un gran venezolano y gran compañero de Sandino: me refiero a Gustavo Machado, quien nació en Caracas el 19 de julio de 1898. El recio fundador del Partido Comunista de Venezuela, no sólo sirvió como oficial en el Estado mayor del héroe nicaragüense, sino que fue su representante en México).
Glorioso aniversario de la Revolución Nicaragüense que nos permite creer, con fe de acero, que seguimos forjando, con conciencia y coraje, la historia de la Patria Grande, y esto lo digo porque Sandino vive y nos ilumina e iluminará por siempre.
Sin embargo, debo confesarlo: mi alegría no es ni puede ser completa, sabiendo a nuestra hermana Honduras en tinieblas. Han sido veintidós días en los que lo más deleznable de la oligarquía hondureña ha querido torcer el curso de la historia. Desde esta página les digo, que sus apetitos de poder jamás podrán con los hombres y las mujeres, herederos de Morazán, que ya despertaron y se enfilan a ser grandes, soberanos y libres. No van a poder detener el alba a punta de fusiles.
En cada hondureño y en cada hondureña, que no descansará hasta ver a su querido Mel de vuelta a la Presidencia, retumba la voz iluminadora del general Morazán: Si nos colocamos entre la humillación y la guerra, elegiríamos siempre el último partido, aun cuando tengamos la certeza de no poder salvar más que el honor. Si Nicaragua venció un 19 de julio de 1979, más temprano que tarde Honduras vencerá.
Fuerza y resistencia, hondureños, que la razón y el destino los acompañan.
Hoy es el Día de los niños y de las niñas. Que Dios bendiga a nuestros pequeños gladiadores y a nuestras pequeñas gladiadoras.
En verdad les digo que todos los días deben ser dedicados a ellos y a ellas. Nuestra vida, nuestra batalla de cada día, nuestra victoria son para ustedes, niños y niñas de la Patria... Por ustedes y para ustedes, ¡Venceremos!

domingo, 12 de julio de 2009

Las Líneas de Chávez
El Simón de tempestades
12/07/09
Julio desde siempre Entró el mes de julio.Siempre fue, desde los días ya lejanos de aquella infancia bonita, comoun mes medio mágico. Con julio llegan a la sabana los grandesaguaceros. "Huele a viento de agua", decía la mamá Rosa. Y allí venía el diluvioque nos regalaba aquel olor a tierra mojada. Se estremecían las grandesramas del matapalo y crujían las entrañas del monte. Con julio llegabael fin del año escolar, la boleta con las notas y los besos de lamaestra Tomasa o Annedis, o Egilda, aquella diosa de los ojos deembrujo. Con julio llegaban las vacaciones con sus largas partidas depelota de goma en la calle larga, a veces incluso bajo la lluvia. Y lospaseos a la isla que forma el río Boconó con su madre vieja. Y lasleyendas del Silbón que venía por los caminos de Guanarito, más alládel río que baja de la montaña trujillana. Y los cuentos en las noches largas, cundidas de zancudos con laorquesta inolvidable de las ranas, los sapos y los grillos del monte.Fue una de esas noches cuando oí por vez primera, en la voz de la mamáRosa, los cuentos de un tal Zamora y una llamada guerra de los cincoaños. Otra noche de aquellas, estando con mi madre Elena, oí queAntonio Guevara hablaba de un tal Maisanta. Uno es de todos los días. Pero yo soy de julio. El 28 nací, teniendopor techo las palmas de la sabana y más allá, como regalo, unamadrugada de "fiero chubasco". Desde allá vengo, pues, y solo quería recordarlo con estas líneas domingueras, no sé por qué. Será porque julio llegó marcando fuerte el paso en la batalla grandepor la Patria, esta batalla por la Independencia, que tiene también enel 5 de julio cita suprema y deuda con la historia. El nuevo fantasma No está exenta de una fina ironía aquellafrase de Carlos Marx, en el famoso Manifiesto de 1848: "Un fantasmarecorre Europa: El fantasma del comunismo". Ciento sesenta años después, las burguesías de este continente,utilizando sus bárbaras instituciones, sus inmorales medios decomunicación, sus centros de estudio, sus intelectuales inorgánicos ysin alma, han creado un nuevo fantasma y lo han puesto a recorrer todoeste continente. Ahora no lo llaman comunismo. Ni siquiera socialismo.Le han dado el nombre de Chavismo. Y una nueva "santa jauría" se ha coaligado para acabar con la amenaza.Se le condena desde las jerarquías católicas, se le utiliza como armaen campañas electorales, se le esgrime como razón para bloquearprocesos de integración comercial, se le usa para atemorizar sociedadespequeñoburguesas y paratratar de chantajear gobiernos, se le toma como excusa paradesestabilizar países enteros... Y ahora, más recientemente, ha sido elfundamento para derrocar a través de un brutal golpe de estado, alpresidente de Honduras, José Manuel Zelaya. Y detrás de toda esa gran operación no puede estar otra mano que la delimperio yanqui y su inmensa legión de sectas burguesas conformadas porlo más florido del pitiyanquismo. El Lázaro colectivo Pero la verdad es otra. Lo que se ha venidolevantando con inmensa fuerza en América Latina y el Caribe no es paranada un fantasma, afortunadamente. Es un poderoso movimiento, productodel despertar de ese Lázaro colectivo que son los pueblos delcontinente. Lo que sí es cierto es que el epicentro de esas fuerzas telúricas tiene a Venezuela como nido, como manantial, como volcán. La Revolución, la Independencia Por ello, hombre, mujer,joven que me lees este domingo 12 de julio, nuestro compromiso con elpaso de los años no hace sino crecer, crecer y crecer... Como crecen los maizales, ya a punto de espigar por estos días... Como crecen los ríos de la sabana con las corrientes que bajan de losandes, el Boconó, el Portuguesa, el Apure, el Arauca, el Capanaparo... Como crecen nuestros hijos, nuestras hijas, nuestros nietos, nuestras nietas... Te llamo entonces a ti que lees estas líneas, los llamo entonces austedes; los invito a redoblar el paso, a profundizar el conocimiento,a fortalecer la conciencia, a ratificar diariamente el compromiso... Para decirlo con Bolívar: "A no dar descanso a nuestros brazos nireposo a nuestras almas..." El objetivo supremo, lo sabemos, es laIndependencia. ¡El camino, que nadie lo dude un instante, es la Revolución! ¡Labandera es el Socialismo! ¡El líder es Simón Bolívar! El Simón de juliocon sus truenos y sus rayos, con sus aguaceros y tempestades, con sus verdes y espigados maizales... Y por qué no decirlo, también con sus nostalgias de mil inviernos sin retorno.
¡Patria, socialismo o muerte!
¡Venceremos!
Hugo Chávez

Las líneas de Chávez:
El ALBA y la hora de los hornos
Dom, 05/07/2009
Hoy es 5 de julio: una fecha de la más trascendente significación patriótica. 198 años de nuestra Declaración de Independencia.
El 5 de julio de 1811 se produjo una ruptura histórica decisiva. Y vaya que fue decisiva: se proclamó nuestra independencia absoluta, naciendo nuestra Primera República y el Estado Nacional. Ruptura, entonces, con un claro sentido político que ya había sido anunciada por el 19 de abril de 1810.
El espíritu de ruptura estuvo encarnado, en el camino hacia el 5 de julio, por esa real y verdadera agrupación revolucionaria que fue la Sociedad Patriótica: su sostenida labor de agitación y su consecuente presión sobre nuestro Primer Congreso radicalizaron las cosas. Los verbos encendidos de un Miranda, de un Bolívar, de un Ribas, de un Coto Paúl, le dieron un tremendo empuje a la causa independentista.
Fue una ruptura impulsada y dirigida por un pequeño grupo de mantuanos: aquella Primera República carecía de savia popular. Ello no disminuye, por supuesto, la trascendencia del año 1811. A propósito, necesario es que atendamos a esta lúcida y apasionada reflexión de Augusto Mijares: "La verdad completa es que Venezuela se anticipó a darle base jurídica a su revolución con tanta vehemencia como la que demostró después para defenderla".
Quiero resaltar el profundo significado nuestroamericano que tiene esta fecha. Así lo refleja la última estrofa de una canción que se popularizó por las calles de Caracas en 1811: "Unida con lazos/ que el cielo formó/ la América toda/ existe en Nación". El sentimiento de una sola nación.
La Constitución de 1811, la primera de Nuestra América, declaraba que sus preceptos eran inviolables. Pero, y esto es importante, era posible "alterar y mudar estas resoluciones, conforme a la mayoría de los pueblos de Colombia que quieran reunirse en un Cuerpo nacional para la defensa y conservación de su libertad e independencia". Colombia: allí está la mano de Miranda. Es decir, Venezuela entendía su existencia como Nación libre, soberana e independiente dentro de una unidad mayor. Tal cual la entendemos hoy. De allí la Alianza Bolivariana ALBA. De allí la Unasur: ¡Sólo unidos seremos independientes!
Hoy es el Día de la Fuerza Armada Bolivariana. Vaya, a través de mi voz, el testimonio de un pueblo agradecido que hoy sabe que las armas de la República le pertenecen. Es un reconocimiento que el pueblo le da al mismo pueblo: el Día de la Fuerza Armada Bolivariana es hoy el Día del Pueblo en Armas.
En este gran día, hago un llamado a la reflexión a los soldados y soldadas de Venezuela: mírense en el doloroso espejo hondureño. Vean la diferencia abismal que existe entre una Fuerza Armada unida fraternalmente a su pueblo, como pueblo en armas, y una fuerza militar convertida en un ejército de ocupación dentro de su propio país y al servicio de las burguesías sin Patria pero con amos en el Norte.
La unidad de Nuestra América se consolida, cobra fuerza en el concierto de las naciones y levanta su vuelo libertario.
El zarpazo neofascista que un grupo de gorilas militares y civiles ha perpetrado contra el presidente Zelaya, hay que pensarlo dentro de las siguientes claves: quieren cobrarle al Gobierno hondureño su incorporación al ALBA, su identificación con quienes aspiran a un mundo de mayor dignidad y justicia. Quieren cerrarle las puertas a una nueva historia y salirse con sus oscuros privilegios por el basural del fondo. Pero en su ceguera, no se dan cuenta de que están atrapados por un fatal anacronismo y una falta total de sentido histórico.
Se ha dicho, con verdad, que el golpe de Estado hondureño es contra todo lo que se encarna en estas cuatro letras: ALBA. La Alianza Bolivariana no sólo es una urgencia histórica sino la vía inexorable para hacerle frente a la crisis estructural del capitalismo y, por eso mismo, el instrumento unitario de mayor voluntad política a la hora de actuar en función de la impostergable unidad de Nuestra América. De allí que buscaran golpearla, así lo he dicho, por su flanco más débil.
Justamente por eso, lo más nauseabundo de la sociedad hondureña, a punta de fusiles, el domingo pasado amaneció de fiesta. Apestando a pólvora y a soberbia, creyeron que podían quebrar la esperanza de un pueblo.
Pero el sentir de un pueblo es inocultable cuando ha decidido ser libre. El deseo de transformación se siente hasta en el aire hondureño, por eso vemos en las pantallas a los soldados buscando a un enemigo fantasmal: los gorilas les han ordenado sembrar el terror, por el terror que le tienen al pueblo.
Estos traidores a la Patria jamás podrán entender el fuego sagrado de Morazán. Su verbo acusador de ayer, se dirige hoy contra ellos y contra todo lo que representan: "Hombres que habéis abusado de los derechos más sagrados del pueblo por un sórdido y mezquino interés, con vosotros hablo, enemigos de la independencia y de la libertad".
Recordemos en medio de esta batalla por la independencia, la voz del joven coronel Simón Bolívar en su memorable intervención pública del 3 de julio de 1811 en la Sociedad Patriótica: "vacilar es perdernos".
"Es la hora de los hornos", dijo Martí.
¡Es la hora de los pueblos!
¡Es la hora del futuro!
¡Sin vacilar, Venceremos!
Hugo Chávez
Las Líneas de Chávez.
La Artillería del Pensamiento
Dom, 21/06/2009

Sale esta nueva entrega de Las líneas de Chávez cuando estamos conmemorando un nuevo aniversario del asesinato de ese mártir de la dignidad llamado Fabricio Ojeda: 21 de junio de 1966. No fue un suicidio: esa fue la versión que el aparato represivo del puntofijismo quiso hacerle creer al país. Una versión grotesca y absurda desde donde se la vea: Fabricio se habría ahorcado con el cordón de una persiana. La verdad verdadera es que fue asesinado en los calabozos del SIFA en el Palacio Blanco: su cuerpo presentaba toda clase de signos de haber sido torturado brutalmente.
Pero el tiempo se ha encargado de poner las cosas en su lugar: Fabricio vive, ha vuelto y está hecho millones, mientras que aquellos asesinos miserables son polvo pisoteado por la historia. Así ha sucedido con todos nuestros mártires.
Recordamos hoy al hombre que encabezó y fue el alma de la Junta Patriótica y que la convirtió en la vanguardia de la resistencia contra la dictadura de Pérez Jiménez. Al hombre que fue congresista por URD, elegido en los comicios de 1958, pero que muy pronto se convenció de que por el camino del reformismo, Venezuela no tenía nada que buscar, si quería ser libre. En 1962 renunció a su cargo y se fue a las guerrillas. Fabricio sería uno de los fundadores de las Fuerzas Armadas de Liberación Nacional.
De reformista pasó a ser un revolucionario radical y convencido: este es uno de los procesos de radicalización ideológica más genuinos que se hayan dado en Venezuela. Veamos cómo entendía este proceso Fabricio haciendo uso de su inmensa lucidez en ese extraordinario libro llamado La guerra del pueblo (1966):
"Abandonar el campo reformista y tomar el revolucionario significa decidirse a luchar sin temor alguno, tener seguridad de la victoria y desafiar, cual David, al gigantesco poderío reaccionario, como lo han hecho todos los verdaderos revolucionarios de la historia, incluso los revolucionarios burgueses".
La actualidad del pensamiento de Fabricio es indiscutible. Junto a un Alfredo Maneiro y un Kléber Ramírez, Fabricio destaca a la hora de fusionar pensamiento y acción: a la hora de construir una filosofía de la praxis para nuestra realidad específica. Rescatemos estas valiosísimas palabras de La guerra del pueblo:
"La base antifeudal y antiimperialista de nuestro proceso revolucionario plantea un género de alianzas que está por encima del origen, credo político, concepción filosófica, creencias religiosas, situación económica y profesional, y afiliación partidista de los venezolanos. El enemigo común, su fuerza y poderío, reclama una lucha unitaria para vencerlo".
Este género de alianzas, como decía Fabricio, es necesario para que el proceso de liberación nacional, la conquista de nuestra definitiva independencia, que hoy se define como vía venezolana hacia el socialismo, sea viable. Alianzas que no deben partir de supuestos falsos: el camino es el socialismo.
La riqueza histórica de la semana que comienza mañana, las fechas que estamos anudando, no puede perderse de vista: no es casualidad que ahora, a las puertas de la era bicentenaria, a 188 años de su consumación, el Campo de Carabobo retumba todavía. Y el 24 de junio de 1821 no es sólo pasado sino presente y porvenir. La determinante victoria militar que le dio feliz culminación a tan brillante campaña -concebida hasta el más mínimo detalle por nuestro Libertador sumó a todo el pueblo desde todos los caminos, todas las veredas y cada caserío a la causa de la liberación nacional.
Y es a 188 años de la gran gesta que la hermana Patria ecuatoriana se incorpora al ALBA: ¡a 188 años de Carabobo seguimos peleando, ahora por nuestra segunda y definitiva independencia y el ALBA es nuestro proyecto, nuestra cartilla de dirección!
El ALBA se fortalece al sumar al Ecuador bolivariano a la batalla por la unidad fraterna de nuestros pueblos. Una causa que siente como propia el presidente Rafael Correa.
La palabra de Raúl Castro nos da una pista, cuando en la Cumbre del Alba en Cumaná el pasado abril afirmó lo siguiente: "Nuestras naciones no tienen la capacidad, por sí solas, de transformar el orden económico internacional, pero sí el poder de sentar nuevas bases y construir sus propias relaciones económicas".
Para seguir con el hondo significado histórico de la semana que entra, recordemos que tres años antes de la Batalla de Carabobo, un 27 de junio de 1818, en la Angostura recién liberada y en respuesta a la macarrónica Gazeta de Caracas, órgano vocero de las fuerzas realistas, y al calor de la Patria que ya tenía rostro y con la impronta política de Bolívar nace el Correo del Orinoco.
¡Fue el inicio de la batalla comunicacional! "Somos libres, escribimos en un país libre, y no nos proponemos engañar al público", decía en la primera página en su primer número del Correo del Orinoco. Así de clara era la principal propuesta que se planteaba en sus líneas, así de claro debe ser el sentido de nuestra batalla comunicacional. El ejemplo del Correo del Orinoco está más vivo que nunca: en especial, yo lo siento vivo en nuestros medios comunitarios.
Ahora más que nunca la artillería del pensamiento pasa a primera línea y es competencia de todas y todos. Esclarecer lo que ocurre, darle el justo lugar que le corresponde a la información, a la realidad cotidiana.
Más aún cuando el asedio total y permanente de la plataforma mediática transnacional continúa con su sostenido proceso de distorsión y deformación.
Por eso, esta semana estaremos celebrando activamente los 191 años de la salida del primer número del Correo del Orinoco: se inicia la semana de la artillería del pensamiento. Una semana de discusión, crítica y propuesta para seguir avanzando hacia el modelo de comunicación e informativo que queremos.
¿Cómo pretenden proclamarse "independientes" los medios privados cuando la agenda belicista escala a los niveles de irresponsabilidad y engaño de ahora? Nos acusan, sin fundamento alguno, de invadir la patria potestad, de secuestrar a los niños y de disolver a la familia venezolana.
¿Y qué podemos decir de la basura audiovisual y escrita que invade y secuestra la subjetividad de esos niños que pretenden defender? ¿Qué decir del verdadero discurso de fondo, como lo es la preservación de la educación para la dominación, de formar a nuestras niñas y niños para ser propietarios y explotadores? ¿Qué dicen del estrago cultural que provocan todos los días?
Queremos un proyecto educativo para hacer Patria, no para entregarla ni venderla al mejor postor.
Fomentar el pánico como vía de dominación, administrar la ignorancia: he ahí lo que no ha dejado de hacer la oligarquía.
Bien lo dijo en reciente artículo Roberto Hernández Montoya con el tono que lo caracteriza:
"Esta ridiculez la profirieron ya cuando la Revolución Rusa, la República Española y la Revolución Cubana. Ella condujo en Cuba a una solución no solo falsa sino monstruosa: una operación masiva, dirigida por la CIA, para sacar de la isla y de sus familias a más de catorce mil niños, que hoy son adultos sumidos en un limbo de identidad, porque no son ni cubanos ni gringos ni tienen familia ni nada y con un trauma emocional irreversible. Para no perder a sus hijos perdieron a sus hijos... El pánico embrutece ".
La vía venezolana hacia el socialismo es una propuesta histórica, política, social y económica en construcción teórica y práctica. Construcción colectiva para que el país la haga suya. El socialismo es una opción real y viable. Lo que es inviable es el dualismo esquizofrénico entre lo político y lo social que está en la base del capitalismo. En este sentido, la vía venezolana hacia el socialismo supone una transformación a fondo de la estructura económica para viabilizar una mejor redistribución de la riqueza social que pertenece a todos y a todas. Ello supone distintas formas de propiedad.
Los latifundios mediáticos han pretendido sacralizar a la propiedad privada e, incluso, han hecho de ella la prueba irrefutable de si existe o no existe libertad. Es propio del capitalismo, desde sus orígenes, privilegiar al tener sobre el ser; subordinar el ser al tener.
Recordemos a nuestro Robinson, que mucho antes que Marx ya visualizaba cómo el capitalismo iba a pervertir el derecho de propiedad:
"...para convertir la USURPACIÓN en posesión (natural ó civil)-la posesión en propiedad-y, de cualquier modo, GOZAR con perjuicio de tercero (sea quien fuere el tercero), a título de LEGITIMIDAD (y la legitimidad es un abuso tolerado)".
Contra la perversión capitalista no hay otro remedio: ¡El socialismo!
¡Venceremos!
Hugo Chávez
Las Líneas de Chávez

¡Como Sucre en Ayacucho!
Dom, 14/06/2009

En Venezuela estamos transitando por un territorio nuevo: el territorio socialista
Allá en San Cristóbal y Nieves, tierra caribe y extensión del África negra, me tocó decirlo, en el marco de la VI Cumbre de Petrocaribe y hoy quiero repetirlo una vez más: estamos enfrentados y confrontados a unas circunstancias tan exigentes que demandan de nosotros, sin excepción alguna, toda nuestra atención, conocimientos y esfuerzo en la búsqueda de soluciones verdaderas y conjuntas para superar la gran crisis de crisis que actualmente azota a la humanidad entera.
Es en este sentido que quiero recordar una vez más a nuestro compañero infinito, nuestro comandante heroico, el Che Guevara, cuando por allá en 1964, en carta a Charles Bettelheim, decía: "Un poco más avanzado que el caos, tal vez en el primero o segundo día de la creación, tengo un mundo de ideas que chocan, se entrecruzan y, a veces, se organizan".
De lo que se trata, y así lo he interpretado, es de ponernos uno, dos, tres y cuantos pasos sea necesario dar, delante del caos; sí, pero a través de las ideas de todos y la praxis fundada en ellas, como respuesta alternativa a la gran barbarie que hace aguas junto con el modelo civilizatorio dominante, y que a todos nos afecta.
Este fue el espíritu dominante que impregnó el ánimo de quienes asistimos a San Cristóbal y Nieves: dar otro paso más, delante del caos, porque "nuestras naciones no tienen la capacidad, por sí solas, de transformar el orden económico internacional, pero sí de sentar nuevas bases y construir sus propias relaciones económicas", como ya lo había dicho desde Cumaná el Presidente cubano, nuestro compañero Raúl Castro.
Petrocaribe es una de esas nuevas bases, para construirnos de nuevo y levantar cada día más alto las banderas de nuestra dignidad, libertad y grandeza caribeñas. Tres propuestas presentó Venezuela para su consideración y estudio: la primera, relacionada con la soberanía alimentaria de nuestros pueblos.
Las urgencias al respecto hacen impostergables las tareas a realizar: "Producir alimentos, ciencia y dignidad", como decía Kléber Ramírez. ¡Soberanía alimentaria!, es lo que debemos perseguir y ello implica cambiar nuestros patrones y relaciones de producción y consumo. Segundo, trabajar sobre el mapa de las potencialidades y planificar encadenamientos productivos, rompiendo las fronteras de cada país, cierto, pero para expandirlas en esta Patria Grande que conformamos entre todos. Y tercero, la creación de una moneda para la integración. Ahora más que nunca en Petrocaribe tenemos que parir las armas contra la exclusión y la pobreza.
Si el socialismo es, como señala Rosa Luxemburgo, "un producto histórico, surgido de sus propias experiencias, en el curso de su concreción", no hay dogma, receta o fórmula que sirvan para implantar su dinámica. De allí la importancia central del ejercicio crítico colectivo y permanente: la crítica no tiene sustitutos y es indelegable.
La crítica garantiza la fluidez que el socialismo necesita en el curso de su concreción: si la crítica fuera desplazada por el dogma, éste se estancaría irremediablemente.
El socialismo, lo sabemos, no puede decretarse: tiene que construirse y crearse colectivamente. Es la capacidad crítica y creadora, constructora y liberadora del pueblo, la que le da vida a una nueva sociedad.
Tiene plena vigencia esta caracterización del socialismo de la gran Rosa:
"Territorio nuevo. Miles de problemas. Sólo la experiencia puede corregir y abrir nuevos caminos. Sólo la vida sin obstáculos, efervescente, lleva a miles de formas nuevas e improvisaciones, saca a la luz la fuerza creadora, corrige por su cuenta todos los intentos equivocados".
En Venezuela estamos transitando por un territorio nuevo: el territorio socialista. Tenemos miles de problemas acumulados y por resolver: es la nefasta herencia del modelo capitalista. Y si, como dice Rosa Luxemburgo, es la experiencia la que puede corregir y abrir nuevos caminos, ésta, la experiencia, es sustantivamente crítica.
El socialismo no está exento de intentos equivocados, de errores. Pero si el socialismo se decretara, esto es, si deviniera en dogma, receta o fórmula, los intentos equivocados, los errores, no se corregirían verdaderamente y terminarían multiplicándose.
Bienvenidos, entonces, todos los espacios de discusión crítica sobre nuestra experiencia socialista.
Y bienvenidos esos miles y miles que constituyen ese espacio crítico por excelencia que es y debe representar toda juventud que asuma su condición de revolucionaria, el máximo escalón al cual puede aspirar cualquier humano, para decirlo con el Che. Qué alegría más inmensa saber que después de las jornadas organizadas por el PSUV, que finalizan este domingo, tengamos noticias ciertas de que se han inscrito más de un millón de jóvenes. Sangre nueva, fuego renovador, vocación socialista en el sagrado terreno de la Patria.
A ustedes muchachas y muchachos, mis palabras de bienaventuranza y de compromiso con el porvenir. Sé que con su espíritu indomable el partido va en ganancia y se perfila alegre a las conquistas que nos esperan. Con su decisión nos ennoblecemos todos y todas y sepan que aquí cuentan con el espacio para fundamentar, tanto en ideas como en acción, la consolidación del empeño socialista.
De ustedes esperamos el viento fresco y el ahínco que nos ayude a seguir elevando el espíritu moral de país. De lo que se trata es de ser en definitiva humanamente nobles y dignos de sabernos soberanos. Y para eso, tienen que tener por norte la transparencia ética que debe animar a todo revolucionario.
Desde ya asuman con el pueblo venezolano la creación de una razón y una moral que nos abra el futuro. Vamos juntos, pues, a encarnar, como lo decía la pensadora española María Zambrano, "una razón y una moral que se pongan en pie con invencible impulso, una razón activa, victoriosa, arrolladora: una pureza creadora, llena de fuerza, que no tema mancharse con el contacto de la realidad, que no rehúya el combate de cada día". Bienvenidos a la casa grande del socialismo.
Después de tanto ensayo fallido en la historia humana, se suele decir con insistencia que cobijar el sueño del socialismo es una apuesta a la utopía. Sin embargo hay que advertir que detrás de esa aseveración se oculta algo muy peligroso: un desánimo que acaba en un desalmado conformismo, por un lado; y por el otro un golpe demoledor al ímpetu del carácter revolucionario que nos debe animar cotidianamente. Hace diez años aquí izamos las velas hacia la costa de la felicidad compartida. Mucho se ha hecho y falta aún mucho más, pero convenzámonos de algo que tenemos por cierto: aquí le vamos a borrar la "u" a la utopía.
Pero para derribar esa "u" de la utopía y permitirnos sembrar entre nosotros el socialismo como experiencia de vida, tenemos que detenernos en las circunstancias que marcan este designio.
Para ofrecer algunos elementos a considerar quiero basarme en unos planteamientos que esboza el filósofo mexicano Adolfo Sánchez Vázquez en su libro Entre la realidad y la utopía.
Pensar y aventurarse a concebir el socialismo pasa por darle respuesta a puntuales apremios: el quién, el dónde, el cómo y el sobre qué del socialismo. Hasta ahora yo he preguntado con insistencia dónde está el socialismo, pero a la luz de este pensador es necesario ampliar el campo de interpretación.
Es vital en primera instancia saber de qué debe estar poblada la calidad humana de quienes harán posible el socialismo. Cuál es el perfil ético, la conformación cultural y espiritual de los hombres y de las mujeres que asumen el reto con la historia de ir haciendo cada día realidad el soberano ejercicio del poder popular. Esto es crucial ya que para nosotros el ser humano es alfa y omega en nuestro empeño. En este sentido contamos con una enorme ventaja: el legado libertario de nuestros fundadores en donde podemos hallar el carácter y la ética como fundamentos no sólo de la venezolanidad, sino además del espíritu transformador de la historia.
A la par en segundo lugar, hay que afinar con precisión dónde, en qué contextos estamos llamados de manera urgente a ir instaurando el socialismo. Sobre esto ningún espacio debe sernos ajeno.
Todo ámbito en el que podamos elevar los principios socialistas debe ser poblado del ejercicio real y encarnación socialista. Hay que irrigar con espíritu y práctica de justicia las fábricas, los campos, los centros pesqueros, las industrias, las universidades y liceos, la calle, el barrio, la vereda, que no haya rincón donde no esté en marcha una iniciativa socialista.
Todos y todas que, aquellos y aquellas que, de cuerpo y alma, compartamos la impostergable necesidad histórica de dejarles a nuestros herederos una Patria ciertamente socialista debe convertirse en un combatiente incansable de esta batalla por la vida.
No es menos importante, en tercer lugar, seguir insistiendo en las formas, en el cómo, que hemos venido adelantando con la consolidación de los consejos comunales y el nacimiento de las comunas socialistas; en esta estrategia organizativa debemos concentrarnos hasta hacer de ella el cauce de los cambios culturales que nos vayan acercando al horizonte socialista.
He aquí el corazón en el que gran parte del esfuerzo debe profundizarse: el ejercicio diario cada vez más determinante y decidido de concebir y abrir las puertas al poder en manos del pueblo. Sólo dando poder al pueblo se hará justicia.
Y por último, en cuarto lugar, es necesario tener siempre presente qué es lo que debe ser transformado en la transición al socialismo, sobre qué actúa. Sin duda que debemos movernos hacia el desmantelamiento definitivo de todas aquellas formas de opresión que tan arraigadas están en las herencias que aún viven en el orden capitalista que nos envuelve, ya estén presentes en la posesión de los medios de producción o en el criminal manejo de los modos y relaciones de trabajo que conforman el esquema productivo dominante.
Tenemos que reparar en este sentido tanto en las formas opresivas materiales como en las imaginarias y culturales. Avanzar hacia el socialismo supone ir despejando de dominación todos aquellos ámbitos humanos para que reine en ellos la autonomía plena y la real independencia.
Finalmente, creo pertinente pensar en un aspecto que no contempla Sánchez Vázquez y sobre el cual he venido adelantando algunas reflexiones: ¿Cuánto tiempo nos ocupará crear las condiciones de vida socialista? Y respondo sin duda de ningún tipo: se nos irá toda la vida en esta tarea sublime.
Sin embargo, aprecio como una necesidad impostergable ir haciendo coincidir las acciones con los horizontes marcados por el tiempo humano, este que nos ha tocado vivir. Distinguir lo urgente de lo necesario para ir dándole sentido al destino socialista.
No nos podemos permitir demoras en este empeño, juntos debemos apurar los cambios y tener siempre presente que las conquistas que nuestro pueblo exige como una exigencia sagrada, no aguantan más postergaciones.
"En la demora está el peligro", nos recuerda el general presidente, mártir del pueblo ecuatoriano, Eloy Alfaro.
A la ofensiva siempre, a paso de vencedores.
¡Como Sucre en Ayacucho!
¡Patria, socialismo o muerte!
¡Venceremos!
Hugo Chávez Frías